miércoles, 4 de noviembre de 2009

ella dijo...


Comentario de Rocío Paz (Actores On Line)







Al ritmo de una guitarra, que nos invita a recorrer los maravillosos textos del poeta Federico García Lorca, se presenta “También se muere el mar”. Una obra que relata a forma de pequeñas historias los amoríos y las desgracias, la locura y el destino de cada uno de los personajes.
Cada acto esta marcado por un cambio de luces mientras que de fondo suena la guitarra que con sus acordes o punteos generan un clima ideal para el apasionante relato. Los cambios de voces, las simples coreografías y las profundas miradas del actor generan en el público diferentes estadios: conmoción, sorpresa, tristeza, amor…
El personaje dispone en el escenario de muchos recursos para sus caracterizaciones. Crea imágenes en la imaginación del público que se encuentra todo el tiempo expectante de lo que puede llegar a pasar.
Juan Mira es el músico-actor encargado de contar mediante las cuerdas de su guitarra, sus textos musicales dialogan con los textos de Lorca , mientras que Pyr Zenergam compone a los personajes animándose a jugar con los tonos de las voces, las posturas y los elementos propios de los actos. La dirección está a cargo de la escenografa y directora Silvia Spina que logra plasmar el espíritu de Lorca en cada palmo del relato.
Sin duda, "También se muere el mar" es una propuesta recomendable para acercarnos de una forma amena a la obra del genial poeta.


"También se muere el mar"

textos de Federico García Lorca

Actuación: Pyr Zenergam y Juan Mira

Selección de textos: Pyr Zenergam

Música original : Juan Mira

Direccción, escenografía y vestuario: Silvia Spina.

Funciones :

Septiembre, Octubre, Noviembre

Producción cooperativa con apoyo de PROTEATRO. CABA.


lunes, 2 de noviembre de 2009

sábado, 31 de octubre de 2009

se cierra el círculo

Amor, amor
que está herido.
Herido de amor huido;
herido,
muerto de amor.
Decid a todos que ha sido
el ruiseñor.
Bisturí de cuatro filos,
garganta rota y olvido.
Tómame la mano, amor,
que vengo muy mal herido,
herido de amor huido,
¡herido!,
¡muerto de amor!

Amor que está herido / Don Perlimplín

viernes, 30 de octubre de 2009

Alma ausente

No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.

No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.

No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.

No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.

El otoño vendrá con caracolas,
uva de nieblas y montes agrupados,

pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.

Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,

como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.

No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.

la maduréz insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.

La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho en nacer, si es que nace,
un andalúz tan claro, tan rico de aventura.

Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.

próxima función: 31 de octubre/09


Sábado, 21hs
en el
Luisa Vehil

miércoles, 28 de octubre de 2009

Hoy función especial, 20 hs.


En el
Luisa Vehil











CUERPO PRESENTE

No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: no sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!

lunes, 26 de octubre de 2009

El llanto por Ignacio Sánchez Mejía

CANCIÓN
Anoche estaba la luna, / apoyada en la laguna
esperando ver llegar / al maletilla valiente
que de ella está pendiente / porque quiere torear.
¡Ay, luna, lunita buena! / le está diciendo el chaval,
¡Ay, lunita, no te muevas / que esta noche mi faena
te la quiero yo brindar!
¡Ay, luna, lunita buena! / Tú que em ves torear,
háblale a los granaderos, / háblale de este torero,
con deseos de triunfar.

POEMAS: LA COGIDA Y LA MUERTE - LA SANGRE DERRAMADA.
A las cinco de la tarde./ Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana / a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida / a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte / a las cinco de la tarde.
.
¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga, / que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par. / Caballos de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño / con sauces en las barreras.
¡Que no quiero verla!
Que mi recuerdo se quema. / ¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!
.
El viento se llevó los algodones / a las cinco de la tarde
Y el óxido sembró cristal y níquel / a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo / a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada / a las cinco de la tarde.
.
La vaca del viejo mundo / pasaba su triste lengua
sobre un hocico de sangres / derramadas en la arena,
y los toros de Guisando / casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos / hartos de piasr la tierra
No. / ¡que no quiero verla!
.
Comenzaron los sones de bordón / a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo / a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio / a las cinco de la tarde.
¡Y el toro sólo corazón arriba! / a las cinco de la tarde.
Por las gradas sube Ignacio / con toda su sangre a cuestas.
Buscaba el amanecer, / y el amanecer no era.
Buscaba su perfil seguro, / y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo / y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea! / No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza; / ese chorro que ilumina
a los tendidos y se vuelca / sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta.
¡Quién me grita que me asome! / ¡No me digáis que la vea!
.
Cuando el sudor de nieve fue llagando / a las cinco de la tarde.
Cuando la plaza se cubrió de/ a las cinco de la tarde.
Cuando la muerte puso huevos en la herida / a las cinco de la tarde.
a las cinco de la tarde. / A las cinco en punto de la tarde.
.
no se cerraron sus ojos / cuando vió los cuernos cerca,
pero la madres terribles / levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías, / hubo un aire de voces secretas
que gritaban a toros celestes, / mayorales de pálida niebla.
No hubo príncipe en Sevilla / que comparárse le pueda,
ni espada como su espada, / ni corazón tan de veras.
Como un río de leones / su maravillosa fuerza,
y como un torso de mármol / su dibujada prudencia.
Aire de Roma andaluza / le doraba la cabeza
donde ru risa era un nardo / de sal y de inteligencia.
.
Un ataud con ruedas es la cama / a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído / a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente / a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía / a las cinco de la tarde.
.
¡Qué gran torero en la plaza! / ¡Qué buen serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas! / ¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío! / ¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas / banderillas de tiniebla!
.
A lo lejos ya viene la gangrena / a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por sus verdes ingles / a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles / a las cinco de la tarde.
Y el gentío rompía las ventanas / a las cinco de la tarde.
¡Ay, que terribles cinco de la tarde! / ¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
.
Pero ya duerme sin fin.
Ya los musgos y la hierva
abren con dedos seguros
la flor de su calavera.
Y su sangre ya viene cantando;
cantando pos marismas y praderas,
resbalando por cuernos ateridos,
vacilando sin alma por la niebla,
tropezando con miles de pezuñas
como una oscura, larga, triste lengua,
para formar un charco de agonía
junto al Guadalquivir de las estrellas.
¡Oh, blanco muro de España!
¿Oh, negro toro de pena!
¡Oh, sangre dura de Ignacio!
¡Oh, ruiseñor de sus venas!
No. ¡Que no quiero verla!
Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
que no hay escarcha de luz que la enfríe,
que no hay canto ni diluvios de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No. ¡¡¡YO NO QUIERO VERLA!!!.

sábado, 24 de octubre de 2009

Juan Mira



Juan Mira haciendo vibrar cuerpo, alma y espacio con su música.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Romancero gitano: Romance sonámbulo y muerte de Antoñito el Camborio

Verde que te quiero verde / Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar / y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura / ella sueña en la baranda,
verde carne, verde pelo, / con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde. / Bajo la luna gitana,
las cosas la estan mirando / y ella no puede mirarlas.

Verde que te quiero verde. / Grandes estrellas de escarcha
vienen con el pez de sombra / que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento / con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño, / eriza sus pitas agrias.
pero, ¿quién vendrá? ¿Y dónde?
Ella sigue en su baranda, / verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
---------------------------------------------------------
Voces de muerte sonaron / cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan / voz de clavel varonil.
Le clavó sobre las botas / mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos / jabonados de delfín.
Bañó con sangre enemiga / su corbata carmesí
pero eran cuatro puñales / y tuvo que sucumbir.
Cuando la estrellas clavan / rejones al agua gris,
cuando los erales sueñan / verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron / cerca del Guadalquivir.

- Antonio Torres heredia, / Camborio de dura crin,
moreno de verde luna, / voz de clavel varonil:
¿quién te ha quitado la vida / cerca del Guadalquivir?
- Mis cuatro primos Heredias / hijos de Benamejí.
lo que en otros no envidiaban, / ya lo envidiaban en mí.
Zapatos color Corinto / medallones de marfil,
y este cutis amasado / con aceituna y jazmín.
- ¡Ay, Antoñito el Camborio, / digno de una emperatríz!
Acuerdate de la Virgen / porque te vas a morir.
- ¡Ay, Federico García, / llama a la guardia civil!
Ya mi talle se ha quebrado / como caña de maíz.
--------------------------------------------------------
Verde que te quiero verde, / verde viento, verdes ramas.
Temblaban en los tejados / farolillos de ojalata.
Mil panderos de cristal / herían la madrugada.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto / de hiel, de menta y de albahaca.

- Compadre, quiero cambiar / mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo, / mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando/ desde los puertos de Cabra.
- Si yo pudiera, mocito, / este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo. / Ni mi casa es ya mi casa.
-------------------------------------------------------
Tres golpes de sangre tuvo / y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca / se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone / su cabeza en un cojín.
Otros de rubor cansado / encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos / llegan a Menamejí,
voces de muerte cesaron / cerca del Guadalquivir.
-------------------------------------------------------
Verde que te quiero verde. / Verde viento. Verdes ramas.
La noche se puso íntima / como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos / a la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde. / verde viento. Verde ramas.
El barco sobre la mar. / Y el caballo en la montaña.

próximas funciones: 21 y 24 de octubre/09


Funciones:
Hoy, especial, a las 20hs.
y
Sábado 24 a las 21 hs.

en el Luisa Vehil

lunes, 19 de octubre de 2009

Mariana Pineda


























































CANCIÓN:

¡Oh, qué día tan triste en Granada,
que a las piedras hacían llorar
al ver que Marianita se muere
en cadalso por no declarar!
MARIANA
Si toda la tarde fuera / como un gran pájaro, ¡cuántas
duras flechas lanzaría / para cerrarle las alas!
Hora redonda y oscura / que me pesa en las pestañas.
Dolor de viejo lucero / detenido en mi garganta.
Ya debieran la estrellas / asomarse a mi ventana
y abrirse lento los pasos / por la calle solitaria.
¡Con qué trabajo tan grande / deja la luz a Granada!
Se enreda entre los cipreses / o se esconde bajo el agua.
¡Y esta noche que no llega!.../ ¡Noche temida y soñada;
que me hiere ya de lejos / con larguísimas espadas!
Y me quedo sola mientras / que, bajo la acacia en flor
del jardín, mi muerte acecha.
¡Ay, Pedro! ¡Fernando!
¿Y Pedro? ¿Dónde está Pedro?
¡Todos deben saber, pero ninguno sabe!
Entonces, ¿Cuándo viene a salvar mi vida?
¿Cuándo viene a morir, si la muerte me acecha?
¿Vendrá? Dime, Fernando. ¡Aún es hora!... No vendrá...
¿Por qué me lo dijiste? Yo bien que lo sabía;
pero nunca lo quise decir a mi esperanza.
Ahora ya no me importa. Mi esperanza lo ha oído
y se ha muerto mirando los ojos de mi Pedro.
Yo bordé la bandera por él. Yo he conspirado
para vivir y amar su pensamiento propio.
Más que a mis hijos y a mi misma lo quise.
¿Amas la libertad mas que a tu Maranita?
¡Pues yo seré la misma libertad que tú adoras!
No puedo delatarlo...
¡No quiero que mis hijos me desprecien! ¡Mis hijos
tendrán un nombre claro como la luna llena!
¡Mis hijos llevarán resplandor en el rostro,
que no podrán borrar los años ni los aires!
Si delato, por todas las calles de Granada
este nombre sería pronunciado con miedo.
¿Qué es amor, Fernando? ¡Yo no sé que es amor!
¡A tí debí quererte como a nadie en el mundo,
si el corazón no fuera nuestro gran enemigo!
Corazón, ¿por qué mandas en mí si yo no quiero?
¡Ya estoy muerta, Fernando! Tus palabras me llegan
a través del gran río del mundo que abandono.
Ya soy como la estrella sobre el agua profunda,
última débil brisa que se pierde en los álamos.
¡Vete, Fernando! ¡Quié eres tú? ¡Ya no conozco a nadie!
¡Voy a dormir tranquila! ¡Vete!
¡Morir! ¡Qué largo sueño sin ensueños ni sombras!
Pedro, quiero morir por lo que tú no mueres,
por el puro ideal que iluminó tus ojos:
¡¡¡Libertad!!! Porque nunca se cabe tu alta lumbre
me ofrezco toda entera. ¡¡¡Arriba, corazón!!!
¡Pedro, mira tu amor a lo que me ha llevado!
Me querrás, muerta, tanto, que no podrás vivir.
Pero ya no te quiero porque soy una sombra.
Ya vienen a buscarme. Como un grano de arena
siento al mundo en los dedos. ¡Muerte! Pero, ¿qué es muerte?
¡Corazón, no me dejes! ¡Silencio! Con un ala,
¿dónde vas? es preciso que tú también descanses.
Nos espera una larga locura de luceros
que hay detrás de la muerte. ¡Corazón, no desmayes!
¡Les doy mi corazón! ¡Denme un ramo de flores!
En mis últimas horas yo quiero engalanarme.
Quiero sentir la dura caricia de mi anillo
y prenderme en el pelo mi mantilla de encaje.
Amas la libertad por encima de todo,
pero yo soy la misma libertad. Doy mi sangre,
que es tu sangre y la sangre de todas las criaturas.
¡No se podrá comprar el corazón de nadie!
Ahora sé lo que dicen el ruiseñor y el árbol.
El hombre es un cautivo y no puede liberarse.
¡Libertad de lo alto! Libertad verdadera,
enciende para mí tus estrellas distantes.
¡Adiós! ¡Sequen el llanto!
¡Yo soy la libertad porque el amor lo quiso!
¡Pedro! La libertad por la cual me dejaste.
¡Yo soy la libertad, herida por los hombres!
¡Amor, amor, amor y eternas soledades!

domingo, 18 de octubre de 2009

Pyr Zenergam




















Nuestro querido y muy querible Pyr.

miércoles, 14 de octubre de 2009

próxima función: 17 de octubre/09


Sabado, 21hs.
Teatro Luisa Vehil
Hipólito Yrigoyen 3133, CABA

martes, 13 de octubre de 2009

Romance de la talabartera /La zapatera prodigiosa.
























¡Ay, que limón, limón / de la limonera!
¡Qué apetitosa talabartera!
En un cortijo de Córdoba / entre jarales y adelfas,
vivía un talabartero / con una talabartera.
Ella era muy arisca, / él hombre de gran paciencia,
ella giraba en los veinte / él pasaba de cuarenta.
¡Santo Dios, cómo reñían! / Miren ustedes la fiera,
burlando al débil marido / con los ojos y la lengua.
Cabellos de emperadora / tiene la talabartera,
y una carne como el agua / cristalina de Lucena.
Cuando movía sus faldas / en tiempo de primavera
olía toda su ropa / a limón y yerbabuena.
¡Ay, que limón, limón / de la limonera!
Qué apetitosa / talabartera!
Ved como la cortejeaban / mocitos de gran presencia
en caballos relucientes / llenos de borlas de seda.
Gente cabal y garbosa / que pasaba por la puerta
haciendo brillar, alegre / las onzas de sus cadenas.
La conversación a todos / daba la talabartera
y ellos caracoleaban / sus jacas sobre las piedras.
Miradla hablando con uno / bien peinada y bien compuesta,
mientras el pobre marido / clava en el cuero / la lezna.
¡Ay, qué limón, limón / de la limonera!
¡qué apetitosa / talabartera!
Un lunes por la mañana / a eso de las once y media,
cuando el sol deja sin sombra / los juncos y madreselvas,
y van cayendo las verdes / hojas de las madroñeras,
regaba sus alhelíes / la arisca talabartera.
Llegó su amigo trotando / una jaca cordobesa
y le dijo entre suspiros:
Niña, si tu lo quisieras, / cenaríamos mañana
los dos solos / en tu mesa.
¿Y qué harás de mi marido? / Tu marido no se entera.
¿Qué piensas hacer? / Matarlo.
Es ágil. Quizás no puedas. / ¿Tienes revolver? ¡Mejor!
¡Tengo navaja barbera! / ¿Corta mucho? Mas que el frío.
Y no tiene ni una mella. /¿No has mentido? Le daré
diez puñaladas certeras / en esta disposición,
que me parece estupenda: / cuatro en la región lumbar,
una en la tetilla izquierda, / otra en semejante sitio
y dos en cada cadera. / ¿Lo matarás enseguida?
Esta noche cuando vuelva / con el cuero y con las crines
por la curva de la acequia.
Esposo viejo y decente / casado con joven tierna,
qué tunante caballista / roba tu amor en la puerta.
¡Ay, qué limón, limón / de la limonera!
¡Qué apetitosa / talabartera!

domingo, 11 de octubre de 2009

viernes, 9 de octubre de 2009

próxima función: 10 de octubre/09





Sábado, 21hs.
Teatro Luisa Vehil
Hipólito Yrigoyen 3133/CABA

miércoles, 7 de octubre de 2009

lunes, 5 de octubre de 2009

Doña Rosita la soltera






















En una cálida tarde de verano, en Granada, sucede esta despedida:
ROSITA
¿Porqué tus ojos traidores/ con los míos se fundieron?
¿Porqué tus manos tejieron/ sobre mi cabeza flores?
¡Qué luto de ruiseñores/ dejas a mi juventud,
pues, siendo norte y salud/ tu figura y tu presencia,
rompes con tu cruel ausencia/ las cuerdas de mi laud!
PRIMO
¡Ay, prima, tesoro mío!/ ruiseñor en la nevada,
deja tu boca cerrada/ al imaginario frío;
No es de hielo mi desvío,/ que aunque atraviese el mar,
el agua me ha de prestar/ nardos de espuma y sociego
para contener mi fuego/ cuando me vaya a quemar.
ROSITA
Una noche adormilada/ en mi balcon de jazmines,
vi bajar dos querubines/ a una rosa enamorada;
ella se puso encarnada/ siendo blanco su color;
pero, como tierna flor,/ sus pétalos encendidos
se fueron cayendo heridos/ por el beso del amor.
Así yo, primo inocente,/ en mi jardín de arrayanes
daba al aire mis afanes/ y mi blancura a la fuente.
Tierna gacela imprudente/ alcé los ojos, te vi
y en mi corazón sentí/ agujas estremecidas
que me estan abriendo heridas/ rojas como el alhelí.
PRIMA
he de volver, prima mía,/ para llevarte a mi lado
en barco de oro cuajado/ con las velas de alegría;
luz y sombra, noche y día/ sólo pensaré en quererte.
ROSITA
Pero el veneno que vierte/ amor, sobre el alma sola,
tejerá con viento y ola/ el vestido de mi muerte.
PRIMO
Cuando mi caballo lento/ coma tallos con rocío,
cuando la niebla del río/ empañe el muro del viento,
cuando el verano violento/ ponga el llano carmesí
y la escarcha deje en mí/ alfileres de lucero,
te digo, porque te quiero/ que me moriré por tí.
ROSITA
Yo ansío verte llegar/ una tarde por Granada
con toda la luz salada/ por la nostalgia del mar;
amarillo limonar,/ jazminero desangrado,
en las piedras enredado/ impedirán tu camino,
y nardos en remolino/ pondrán loco mi tejado.
¿Volverás?
PRIMO
Sí. ¡Volveré!
ROSITA
¿Qué paloma iluminada/ me anunciará tu llegada?
PRIMO
El palomo de mi fe.
ROSITA
Mira que yo bordaré/ sábanas para los dos.
PRIMO
Por los diamantes de Dios/ y el clavel de su costado,
juro que vendré a tu lado.
ROSITA
¡Adiós, primo!
PRIMO
¡Prima, adiós!
.......................
ZORONGO
Las manos de mi cariño/ te stan bordando una capa
con agremán de alhelíes/ y con esclavina de agua.
Cuando fuiste novio mío,/ por la primavera blanca,
los cascos de tu caballo/ cuatro sollozos de plata.
La luna es un pozo chico,/ las flores no valen nada,
lo que valen son tus brazos/ cuando de noche me abrazan. (Bis)
......................
ROSITA (veinte años después)
Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando en cosas que estaban muy lejos, y ahora que esas cosas ya no existen sigo dando vueltas y mas vueltas por un sitio frío, buscando una salida que no he de encontrar nunca.Yo lo sabía todo. Sabía que se había casado, ya se encargó un alma caritativa de decírmelo, y he estado recibiendo sus cartas con una ilusión llena de sollozos que aún a mí misma me asombraba. Si la gente no hubiera hablado; si ustedes no lo hubieran sabido, si no lo hubiera sabido nadie mas que yo, sus cartas y su mentira hubieran alimentado mi ilusión como el primer año de su ausencia. pero lo sabían todos y yo me encontraba señalada por un dedo que hacía ridícula mi modestia de prometida y daba un aire grotesco a mi abanico de soltera. Cada año que pasaba era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo. Y hoy se casa una amiga y otra y otra y mañana tiene un hijo y crece y viene a enseñarme sus notas de exámen y hacen casas nuevas y canciones nuevas y yo, igual, con el mismo temblor, igual; yo, lo mismo que antes, cortando el mismo clavel, viendo las misma nubes; y un día bajo al paseo y me doy cuenta de que no conozco a nadie; muchachas y muchachos me dejan atrás porque me canso, y uno dice. "Ahí está la solterona", y otro, hermoso, con la cabeza rizada, que comenta: "A ésa ya no hay quien le clave el diente". Y yo lo oigo y no puedo gritar, sino vamos adelante, con la boca llena de veneno y con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos, de descansar y no moverme más, nunca, de mi rincón. Ya soy vieja. Ya perdí la esperanza de casarme con quien quise con toda mi sangre, con quien quise y...con quien quiero. Soy como soy y no me puedo cambiar. Ahora lo único que me queda es mi dignidad. Lo que tengo por dentro lo guardo para mí sola... Todo está acabado...y, sin embargo, con toda la ilusión perdida, me acuesto y me levanto con el mas terrible de los sentimientos, que es el sentimiento de tener la esperanza muerta. Quiero huir, quiero no ver, quiero quedarme serena, vacía...(¿es que no tiene derecho una pobre mujer a respirar con libertad?) Y, sin embargo, la esperanza me persigue, me ronda, me muerde; como un lobo moribundo que apretase sus dientes por última vez. Yo se que los ojos los tendré siempre jóvenes y sé que la espalda se me irá curvando cada día. Después de todo, lo que me ha pasado a mí le ha pasado a mil mujeres.


miércoles, 30 de septiembre de 2009

Próxima función: 3 de octubre/09


Sábado, 21hs.
Teatro Luisa Vehil
Hipólito Yrigoyen 3133
4861-3386 CABA

lunes, 28 de septiembre de 2009

Bodas de sangre


















































MADRE

¡A callar! ¡A callar, he dicho! ¿No hay nadie aquí? Debía contestarme mi hijo. Pero mi hijo es ya un brazado de flores secas. Mi hijo es ya una voz oscura detrás de los montes. No quiero llantos en nuestra casa. Sus lágrimas son lágrimas de los ojos nada más, y las mias vendrán cuando yo esté sola, de las plantas de los piés, de mis raices, y serán más ardientes que la sangre. Aquí quiero estar. Y tranquila. Ya todos están muertos. A medianoche dormiré sin que me aterren las escopetas o el cuchillo. Otras madres se asomarán a las ventanas, azotadas por la lluvia, para ver el rostro de sus hijos. Yo no. Yo haré con mi sueño una fría paloma de marfil que lleve camelias de escarcha sobre el camposanto. Pero no, camposanto no, lecho de tierra, cama que los cobija y que los mece por el cielo. Hemos de pasar días terribles. No quiero ver a nadie. La tierra y yo. Mi llanto y yo. Y estas cuatro paredes. ¡Ay! Ay! He de estar serena. Porque vendrán las vecinas y no quiero que me vean tan pobre. ¡Tan pobre! Una mujer que no tiene un hijo siquiera que poderse llevar a los labios... ¿La ven? Está allí y está llorando y yo quieta, sin arrancarle los ojos. No me entiendo.¿Será que yo no quería a mi hijo? Pero ¡y su honra! ¿Dónde está su honra? Ella no tiene la culpa, ¡ni yo! ¿Quién la tiene, pues?
¡Floja, delicada, mujer de mal dormir es quien tira una corona de azahar para buscar un pedazo de cama calentado por otra mujer!
NOVIA
¡Porque me fui con el otro, me fui! Tú también te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de ramas, que acercaba a mi el rumor de los juncos y su cantar entredientes. Y yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua fría y el otro me mandaba cientos de pájaros que me impedian el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien!, yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no le he engañado, pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos.! Véngate de mí; ¡aquí estoy! mira que mi cuello es blando; te costará menos trabajo que segar una dalia de tu huerto. Pero honrada, honrada como una niña recién nacida. Y fuerte para demostrártelo. Enciende la lumbre. vamos a meter las manos: tú, por tu hijo; yo, por mi cuerpo. Las retirarás antes tú. Déjame llorar contigo... (POEMA DEL CUCHILLO)
MADRE
Llora. Pero en la puerta.
Benditos sean los trigos, porque mis hijos estan debajo de ellos. bendita sea la lluvia, porque moja la cara de los muertos. Bendito sea Dios, que nos tiende juntos para descansar:
Girasol de tu madre,/ espejo de la tierra.
Que te pongan al pecho/ cruz de amargas adelfas;
sábana que te cubra/ de reluciente seda,
y el agua forme un llanto/ entre tus manos quietas.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

Monólogos de La Madre y de La Novia

domingo, 27 de septiembre de 2009

viernes, 25 de septiembre de 2009

El retablillo de don Cristóbal

































CRISTÓBAL
Buenos días...Buenas tardes...Buenas noches...
Tengo veinte duritos y veinte duritos,
y debajo del chalequito
seis duritos y tres duritos,
y en el ojito del culito
tengo un rollito con veinte duritos...
Buenos días...Buenas tardes...Buenas noches...
MADRE
Yo soy la madre de doña Rosita
y quiero que se case,
porque ya tiene dos tetitas
como dos naranjitas
y un culito como un quesito,
y una urraquita
que le canta y le grita.
Y es lo que yo digo:
le hace falta un marido,
y si fuera posible, dos.
Ja, ja, ja...
CRISTÓBAL
Señora.
MADRE
Caballero
de pluma y tintero.
CRISTÓBAL
No tengo sombrero.
Usted sabrá que me quiero casar.
MADRE
Yo tengo una hija
¿Qué dinero me das?
CRISTÓBAL
Una onza de oro
de las que cagó el moro,
una onza de plata
de las que cagó la gata,
y un pañuelo de calderillas
de las que gastó su madre cuando era chiquilla.
MADRE
Y además quiero una mula
para ir a Lisboa cuando sale la luna.
CRISTÓBAL
una mula es mucho; no puedo, señora
MADRE
Usted tiene plata, señor don Cristóbal.
Mi rosita es joven y usted ya es viejo.
Viejo, viejo pellejo.
CRISTÓBAL
Y usted es una vieja
Que se limpia el culito con una teja.
MADRE
¡Borracho! ¡Indecente!
CRISTÓBAL
Te voy a poner a barriga caliente.
Cuenta con la mula. ¿Dónde está Rosita?
MADRE
En camisa en su cuarto.
Y está solita. Ja, ja, ja...
CRITÓBAL
¡Ay, cómo me pongo!
MADRE
¿Ay con el sorongo, ay con le sorongo!
CRISTÓBAL
Déme su retrato.
MADRE
Pero firmaremos antes el contrato.
CRISTÓBAL
Rosita, por verte/ la punta del pié
si a mi me dejaran/ veríamos a ver.
MADRE
Le darás el pié cuando esté contigo
Si me das dinero, hará lo que le digo.
CRISTÓBAL
Entonces, ¿estamos conforme?
MADRE
Estamos.
ROSITA
¡Ay! Qué noche tan clarita/ vive sobre los tejados.
En esta hora los niños/ cuentan las estrellas
y los viejos se duermen/ sobre sus caballos,
pero yo quisiera estar:/ en el diván con Juan,
en el colchón con Ramón/ en el canapé con José
en la silla con Medinilla/ en el suelo con el que yo quiero,
pegada al muro con el lindo Arturo/ con Arturo y con Ramón,
Con Juan, con José, con medinilla/ con Arturo y con Ramón.
CRISTÓBAL
Entonces yo te doy una onza de lo que cagó el moro y tu me entregas a tu hija Rosita y me lo debes agradecer porque ya está madurita.
MADRE
¡Tiene veinte años!
CRISTÓBAL
He dicho que esta madurita y lo está. Pero a pesar de todo es una lina muchacha. Diga, diga, diga...
MADRE
Que tiene dos tetitas / como dos naranjitas
y un culito/ como un quesito
y una urraquita/ que le canta y le grita...
CRISTÓBAL
¡Ay! Qué jamoncitos tiene/ por delante y por detrás.
ROSITA
¡Ay! ay. ay, ay!
Yo me quiero casar, ¿me han oido?/ Yo me quiero casar
con un mocito/ con un militar,/ con un arzobispo,/ con un general,
con un macanudo de macanear y veinte mocitos de Portugal.
¡Ay!, ay, ay, ay!
Yo me quiero casar ¿me han oido?/ Yo me quiero casar
con un becerro nonato/ que para el caso/ lo mismo da.
¡Ay! ay, ay, ay!
Yo me quiero casar, ¿me han oido?/ yo me quiero casar.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Próxima función: 26 de septiembre/09

Sábado, 21 hs.
Teatro Luisa Vehil
Hipólito Yrigoyen 3133
Tel. 4861-3386 CABA

lunes, 21 de septiembre de 2009

los genios de este espectáculo













Desnudos en mitad de la plaza:
PYR ZEERGAM y JUAN MIRA
Encendiendo la lumbre:
SILVIA SPINA
Soplándonos vida:
FEDERICO GARCIA LORCA

viernes, 18 de septiembre de 2009

lunes, 14 de septiembre de 2009

Próxima función: 19 de septiembre/09

Yerma





















¡Ay de la casada seca!
¡Ay de la que tiene los pechos de arena!

¡Ay, qué prado de pena!
Ay, qué puerta cerrada a la hermosura!

que pido un hijo que sufrir, y el aire
me ofrece dalias de dormida luna.

Estos dos manantiales que yo tengo
de leche tibia, son en la espesura

de mi carne dos pulsos de caballo
que hacen latir la rama de mi angustia.

¡Ay , qué pechos ciegos bajo mi vestido!
¡Ay, palomas sin ojos ni blancura!

¡Ay, qué dolor de sangre prisionera
me están clavando avispas en la nuca!

Pero tu has de venir, amor, mi niño,
porque el agua da sal, la tierra fruta,

y nuestro vientre guarda tiernos hijos,
como la nube lleva dulce lluvia.


Naturalmente, los animales lamen a sus hijos, ¿verdad?. A mí no me da asco de mi hijo. Yo tengo la idea que las recién paridas están como iluminadas por dentro y los niños se duermen horas y horas sobre ellas, oyendo ese arroyo de leche tibia que le va llenando los pechos para que ellos mamen, para que ellos jueguen hasta que no quieran mas, hasta que retiren la cabeza: "otro poquito más, niño.." y se les llene la cara y el pecho de gotas blancas. Yo no entiendo el mundo. A veces, cuando estoy segura de que jamás, jamás... me sube como una oleada de fuego por los piés y se me quedan vacías todas las cosas y los hombres que andan por la calle y los toros y las piedras me parecen como cosas de algodón. y me pregunto. ¿para qué estarán ahí puestos? Yo no pienso en el mañana, pienso en el hoy. Yo pienso que tengo sed y no tengo libertad.Y quiero tener a mi hijo en los brazos para poder dormir tranquila. Aunque ya supiera que mi hijo me iba a martirizar después y me iba a odiar y me iba a llevar de los cabellos por las calles, recibiría con gozo su nacimiento, porque es mucho mejor llorar por un hombre vivo que nos apuñala que llorar por este fantasma sentado año tras año encima de mi corazón. Y mi marido... mi marido es bueno ¡Es bueno! ¡Es bueno! ¿Y qué? Ojalá fuera malo. Pero no. El va con sus ovejas por el camino y cuenta el dinero por la noches. Cuando me cubre cumple con su deber, pero yo le noto la cintura fría como si tuviera el cuerpo muerto y yo, que siempre he tenido asco de las mujeres calientes, quisiera ser en aquel instante como una montaña de fuego. No soy una casada indecente, pero yo sé que los hijos nacen del hombre y de la mujer. ¡Ay!, si los pudiera tener sola! El no ansía hijos y como no los ansía no me los da. No lo quiero y, sin embargo, es mi única salvación...
¡Cállate, Juan! No te dejo hablar ni una sola palabra. Ni una mas. Te figuras tu y tu gente que son los únicos que guardan honra, y no sabes que mi casta no ha tenido nada que ocultar. Anda. Acércate a mi y huele mis vestidos; ¡acércate! A ver dónde encuentras un olor que no sea tuyo, que no sea de tu cuerpo. Me pones desnuda en mitad de la plaza y me escupes. Haz conmigo lo que quieras, que soy tu mujer, pero guárdate de poner nombre de varón sobre mis pechos.
Yo no se por qué empiezan los malos aires que revuelcan el trigo; ¡y mira tú si el trigo es bueno! Te busco a ti. Te busco a ti. Es a ti a quien busco día y noche sin encontrar sombra donde respirar. Es tu sangre y tu amparo lo que deseo. Mira que me quedo sola. Como si la luna se buscara ella misma en el cielo. ¡Mírame! Cuando salía por mis claveles me tropecé con el muro. ¡Ay! ¡Ay! Es en ese muro donde tengo que estrechar mi cabeza. ¡Maldito sea mi padre que me dejó su sangre de padre de cien hijos! ¡Maldita sea mi sangre que los busca golpeando por las paredes! Déjenme libre siquiera la voz, ahora que estoy entrando en lo más oscuro del pozo. Una cosa es querer con la cabeza y otra es que el cuerpo, ¡maldito sea el cuerpo!, no nos responda. Está escrito y no me voy a poner a luchar a brazo partido con los mares. Pero es una maldición. Un charco de veneno sobre las espigas. ¡Marchita, si ya lo sé! ¡Marchita! Y entonces, ¿qué buscas? Me buscas a mí. Me buscas como cuando te quieres comer una paloma. Marchita. Marchita, pero segura. Ahora sí que lo sé de cierto. Y sola. Voy a descansar sin despertarme sobresaltada, para ver si la sangre me anuncia otra sangre nueva. Con el cuerpo seco para siempre.

¿Qué quieren saber? No se acerquen, porque he matado a mi hijo. ¡Yo misma he matado a mi hijo!.

sábado, 12 de septiembre de 2009

viernes, 11 de septiembre de 2009

Thamar y Amnon













Dibujo de Federico Garcia Lorca


La luna gira en el cielo/sobre las tierras sin agua

Mientras el verano siembra/rumores de tigre y llama.

Por encima de los techos/nervios de metal sonaban.
Aire rizado venía/con los balidos de lana.
La tierra se ofrece llena/de heridas cicatrizadas,
o estremecida de agudos/cauterios de luces blancas.
Thamar estaba soñando/pájaros en su garganta,
al son de panderos fríos/y cítaras enlunadas.
Su desnudo en el alero/agudo norte de palma,
pide copos a su vientre/y granizos a sus espaldas.
Thamar estaba cantando/desnuda por la terraza.
Alrededor de sus piés/cinco palomas heladas.
Amnón, delgado y concreto/en la torre la miraba,
llenas las ingles de espuma/y oscilaciones la barba.
Su desnudo iluminado/se tendía en la terraza
con un rumor entre dientes/de flecha recién clavada.
Amnón estaba mirando/la luna redonda y baja,
y vió en la luna los pechos/durísimos de su hermana.
Amnón a las tres y media/se tendió sobre la cama.
Toda la alcoba sufría/con sus ojos llenos de alas.
La luz, maciza, sepulta/pueblos en la arena parda,
o descubre transitorio/coral de rosas y alas.
Linfa de pozo oprimida/brota silencio en las jarras.
En el musgo de los troncos/la cobra tendida canta.
Amnón gime por la tela/fresquísima de su cama.
Yedra del escalofrío/cubre su carne quemada.
Thamar entró silenciosa/en la alcoba silenciada,
color de vena y Danubio,/turbia de huellas lejanas.
_Thamar, bórrame los ojos/con tu fija madrugada.
Mis hilos de sangre tejen/volantes sobre tu falda.
_Déjame tranquila, hermano./Son tus besos en mi espalda
avispas y vientecillos/en doble enjambre de flautas.
_Thamar, en tus pechos altos/hay dos peces que me llaman,
y en la yema de tus dedos/rumor de rosa encerrada.
Los cien caballos del rey/en el patio relinchaban.
Sol en cubos resistía/la delgadéz de la parra
Ya la toma del cabello,/ya la camisa le rasga.
Corales tibios dibujan/arroyos en rubio mapa.
¡Oh, qué gritos se sentían/por encima de las casas!
Qué puñales de espesura/y túnicas desgarradas.
Por las escaleras tristes/esclavos suben y bajan.
Embolos y musgos juegan/bajo las nubes paradas.
Alrededor de Thamar/gritan vírgenes gitanas
y otras recogen las gotas/de su flor martirizada.
Paños blancos e nrojecen/en las alcobas cerradas.
Rumores de tibia aurora/pámpanos y peces cambian.
Violador enfurecido,/Amnón huye con su jaca.
negros le dirigen flechas/en los muros y atalayas.
Y cuando los cuatro cascos/eran cuatro resonancias,
David con unas tijeras/cortó las cuerdas del arpa.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Amor que está herido / Don Perlimplín

Amor, amor
que está herido.
Herido de amor huido;
herido,
muerto de amor.
Decid a todos que ha sido
el ruiseñor.
Bisturí de cuatro filos,
garganta rota y olvido.
Tómame la mano, amor,
que vengo muy mal herido,
herido de amor huido,
¡herido!
¡muerto de amor!

martes, 1 de septiembre de 2009

También se muere el mar, en camino...



dejándonos invadir por la luz de Federico García Lorca...



A once días del estreno:
12 de septiembre, 21hs.
Teatro Luisa Vehil.







Diseños de Silvia Spina.

sábado, 29 de agosto de 2009

desde el 12 de septiembre...














Desde el 12 de septiembre

También se muere el mar
Cuerpos, decires, música e imágenes se tejen en una trama de ternura, tragedia y humor

Autor:
FEDERICO GARCÍA LORCA
Actuación:
PYR ZENERGAM
JUAN MIRA
Dirección:
SILVIA SPINA

Selección de textos: Pyr Zenergam
Música original: Juan Mira
Escenografía y vestuario: Silvia Spina
Diseño gráfico: MANULOOP
Prensa: PRENSA ARTÍSTICA
Producción cooperativa con apoyo de Proteatro

Septiembre, octubre, noviembre: Sábados 21hs.
Teatro Luisa Vehil
Hipólito Yrigoyen 3133
4861-3386 CABA
teatro.luisavehil.08yahoo.com.ar